sábado, 19 de diciembre de 2009

Lágrima


Lágrimas...
lágrimas son aquello que sale fuera, de nuestro cuerpo como una caricia, mostrando al exterior... todo lo que pretendemos callar. Las palabras más sentidas, las tristezas más hirientes, brotan irrefrenables en un borrón de agua y sal.

Lloran...
las personas en silencio. Sin contárselo a nadie, cada noche en su habitación. Débil madre ¿por qué lloras? o es que te sientes culpable de no haber sabido proteger a los frutos de tu vientre.
¿Por qué lloran los niños?
O es que sólo ellos saben, que alcanzarán la libertad mientras esas gotas calientes marquen sus mejillas. Quizás saben más que nosotros... que tapamos con fiereza nuestras bocas para no emitir sonido, contraemos el pecho para no temblar y nos encogemos... para no rebentar.

Anciano, ¿y tú por qué lloras?
quizás se sienta solo, hace ya tiempo abandonado. Quizá no sepa, cuándo dejaron de tener sentido sus historias, o la fuerza de sus brazos.

Gota a gota, ¿qué debemos sentir?
la paz de la melancolía que nos abraza, o el miedo a no podernos liberar de esta angustiante sensación... calidez y compañía en la soledad, ¿o solamente congoja?

Lágrima a lágrima, todas ellas caen... lentamente deprisa, río abajo, por una faz desamparada.
Luces y juegos pasaron por mis manos... mientras lloraba.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Sosiego del Caminante


Duerme...
descansa mi amor. Mi luz, mi cielo, tú que me diste la llave de tu intimidad y tu alma desde el primer día... descansa vida mía.

El rubor sube por tus mejillas, asciende a tus llorosos ojos que miran incesantemente a un lejano lugar... en el que todo es claro, puro y plagado de sencillez.

Duerme mi amor... duerme ahora.
Reposa teniendo felices sueños, reflejo de tus deseos, de tus ansias de cada día. Pero no te angusties... sostendré tu mano para que cada uno de ellos los cumplas.

Maestro de muchos, discípulo de todos, apendriz de uno mismo y venerado por el ángel más hermoso. Ahora es tu momento: de recuperar energías. De llenar poco a poco de nuevo tu inmensidad de luz y calor, calor amado, candor deseado, calidez otorgada.

Duerme mi amor... no es momento de preocuparse ahora.
Si tus manos arden, yo las templaré. Si tu cuerpo quema, lo aliviaré. Si tu mente incesante incertezas genera: yo las calmaré.

Valiente caminante, que crees errar cada uno de tus pasos, piensas realmente que ninguno de ellos es certero, que los senderos que recorres... se hallan incompletos.
Pero ¿dónde está la plenitud? Si divinidad de mis amores, no haces más que construir vías por las que cruzar, tras cada uno de tus andares.

Respira hondo mi amor... hazlo durante toda esta placentera noche.
Acunaré tus sueños y buscaré en ellos tu alma, para cuando abras tus dulces ojos, besar tus labios y recordarte que siempre voy a regresar. A tu dolor, a tu risa, a tu amor y a tu melancolía.

Extiende tus manos llegado el más brillante mediodía... tienes tanto que mostrar.

jueves, 22 de octubre de 2009

Lágrimas del Cielo


Llueve...
tras mi gélida ventana llueve, y yo expectante poso sobre ella mis dedos, mientras su silueta se marca en el mojado cristal. Son ellos la única fuente de calor, resquicio de vida que se vislumbra entre el juego de los espejos.

Contemplo... el mundo tras ellos. Parece tan real, tan ageno a mi existencia, que me hace preguntarme, ¿quién se entristecerá más? él... ¿o yo?
Los pasos de la gente chapotean en la acera. Raudos, nerviosos, malhumorados por el tiempo.
Y es que sigue lloviendo... las nubes derraman tristes lágrimas, que caen con melancolía sobre las copas de los árboles, sobre la hierba del suelo, sobre nuestras calles. ¿Qué sentimiento tendrán ellas? Para llorar tanto, para sentirse tan tristes y desamparadas, queriendo desahogar su agonía, en una mezcla de gritos y gotas.

Quizás se sientan solas. Ahí arriba, tan lejos de cualquier mano amiga. Sin nadie que las sostenga... tan sólo nos miran. No hay más triste desgraciado, que el que invisible observa la vida... sin poder vivir.
Cojo sus lágrimas entre mis manos... siento como si cada una de ellas transportara una silenciosa emoción. Y, sin que nadie lo sepa, las comprendo.

Me doy la vuelta y me escondo, como ellas, esperando el momento... en que rompa a llorar.

martes, 13 de octubre de 2009

Plegarias de Sanación


Desde el silencio...
desde este amargo y triste silencio te escribo, deseando agradecerte una vez más, cada instante que estuviste conmigo. Ese roce de tu mano contra la mía al pasar, una sonrisa disimulada entre el tumulto y barullo de la gente... un beso apasionado cuando nadie miraba.
No sé qué será de mí mañana. Ni tan sólo sé que será de mí en apenas un instante...
quizás baje del cielo un ángel, quizá sane mis heridas, beba de ellas y regenere mi cuerpo y mi piel. Quizá me preste sus alas y me lleve a su lado, quizá me inunde las sábanas de blancas plumas y de flores sólo deje el rastro.
En silencio... sin apenas pronunciar una palabra, débilmente susurrando, te digo: no sé lo que ocurrirá. Qué será de mí en un futuro, qué será del futuro en cuanto yo deje de mirar.

Aunque una cosa es cierta, amado mío...
Nada de lo que el dolor signifique, nada de lo que las lágrimas hayan podido demostrar, tiene importancia ya.
El mundo... se queda tranquilo, las personas duermen y los poetas sueñan, al amparo de unas estrellas que siempre vigilan... a este azul y hermoso mundo.
¿Verán ellas todo lo que sucede? ¿Sabrá el cielo lo que se esconde en cada uno de nosotros?

En ocasiones pierdo de vista las respuestas...
Pero siempre hay algo que permanece, tu amor y tu risa, y el primer roce de labios que recibí de tí. No hay dolor ni desesperación en este mundo; que pueda compararse a esa sensación.

Cambiaste mi vida y mi universo, y esté donde esté, eternamente, te tenderé mi mano para que sigas contruyendo el tuyo.
Hace una noche hermosa... escuchemos este apresurado silencio, que aguarda, desolado... o esperanzado.

domingo, 16 de agosto de 2009

Fénix


No sé qué día fue...
pero tú moriste.
Ya no recuerdo si hacía calor o frío...
pero aquella tarde, tú dejaste de respirar.

Te apagaste como una débil flor en invierno, como indefensa rosa de un día devorada por sus propias espinas.
Apenas sé ya qué ocurrió, ni importa de qué modo sucedió todo. Sólo sé que tú estabas allí... sintiendo el gélido suelo, el temblar de tu alma. Estabas aterrorizada... lo sé. Créeme, conozco tus sentimientos, conozco tu ser. Quizás se hayan diluido en el tiempo, el viento borrara todo rastro de tus cenizas tras de sí. En ocasiones temo olvidarte, me da miedo que desaparezcas en la infinita nada, consumida por tus propios monstruos con sed de sangre. ¿Tanta derramaste?
Eso ya no es importante.

Tú estabas allí.
Sintiéndote sola. Desamparada, cruel y triste. Cuántas lágrimas calientes corrieron por tus mejillas ¿verdad?
Tanto llanto derramado en el vacío de un atardecer. No te preocupes mi niña... yo lo sé.
El pánico que sentiste, el desespero de tu cuerpo atemorizado y tu agónica mirada buscando una salida. Tu voz... haciendo sonar el eco a lo largo de la estancia. Pero nadie respondía. No había nadie contigo.
Al menos... a nadie tus ojos podían ver.

El día en que acabaron todas tus esperanzas y sueños... tú estabas allí.
Volcaste en una puerta cerrada todos y cada uno de tus motivos para vivir, golpeándote con ellos una vez tras otra, cada vez más y más fuerte. Eras de las que no te rendías fácilmente.
¿Por qué aquél día entonces?
¿Qué desesperó tu razón?

O es que ya llevabas tiempo pensando... que algo en tu mundo y en tu corazón no iba bien.
Qué fue lo que te empujó a cometer tal acto querida niña, qué fue lo que impulsó tus manos a buscar algo fino y brillante. Por qué, cuál fue el motivo cariño.
No te preocupes por eso ahora. Sólo trato de comprender... cuál fue tu primer pensamiento al sostener aquéllo entre tus pequeñas manos.

No obstante creo que sé... en quién pensaste.
De quién te acordabas en aquellos momentos. Quien ocupaba tu corazón y tu mente, las palabras entrelazadas y sin salida que pronunciaba tu casi muda voz. Te resultaba imposible salir de tu bucle de emociones hirientes ¿no es cierto?
No había escapatoria. No, no para tí niña. A no ser que...
¿Fue por eso?
Quizá deseabas huir. Quizá pensaste que era la mejor manera de escapar de tanto llanto injustificado, de la sensación de ahogo y de abrir las puertas de tu jaula. Ibas a huir.

No...
yo sé que no fue por eso.
¿Tan mal te sentías? ¿Tanto te hirió la culpabilidad? O es que ya no sabías de lo que sentirte culpable... puesto que no comprendías la verdad. No entendías qué estaba ocurriendo, si eras tú la que se equivocaba, la que erraba con sus actos. ¿Tanto dolor creíste provocar? Sí, seguro que sí. Estoy convencida de que no podías soportar más tu existencia en este mundo. El odio y la intolerancia pudieron contigo, haciéndote responsable sin saberlo, de tu tan temprana mortandad. El desconocimiento, la mentira y la agresión, se volvieron locas en tu joven mente.

Soy consciente... de cuánto rogaste por una salvación. De cuánto llamaste a alguien en una habitación vacía, a cualquiera que viniera a rescatarte. En el fondo... tan en el fondo que ya apenas ni te dabas cuenta, tú deseabas que te rescatasen. Que apareciera algo o alguien de pronto a tu lado, y te llevara de aquel gris lugar. Cegador a la vista, oscuro para tu ser...
Sé que lo ansiabas. Puedo imaginar lo que causó en ti la falta de respuesta y la soledad.

Pero como dije mi adorada niña... tú de eso ya no debes preocuparte.
Sólo sonríe y ve a descansar, en tu eterno cielo de luz y paz. Donde los niños siguen siendo infantes, donde tus palabras tienen voz, y donde tu ser posee un cálido abrazo.
Ve allí ahora, y luego fúndete con el fuerte corazón que te espera. Lleva mucho tiempo esperándote.

Pero te prometo...
que jamás te olvidaré. Que guardaré un rincón de mi interior día a día para tenerte, para rememorar la tristeza de tu mirada y la ilusión que volcabas en cada una de tus risas. Tu forma de sonreír y de jugar. De entregarte completamente al mundo y su gente como si nada más importara. Tu manera de confiar... ciegamente en cada alma que se cruzara contigo.
Tu madurez, tu lealtad.
Tus dudas, tus miedos. Tu locura, tu histerismo. Todo lo que viviste... pero más importante, cómo te hizo sentirte y qué emociones afloraron a continuación.

Nunca voy a olvidarte. Desde que cerraste tus ojos lentamente dejando caer dulcemente tu cuerpo sobre ti misma... te hiciste parte de mi.
Y por una cosa más te tranquilizaré ahora... aunque nadie nunca más volviera a tenerte, no te preocupes... niña frágil... yo siempre te querré.

domingo, 19 de julio de 2009

Hielo y Nieve


Desde el mundo de las tinieblas, atravesando la oscuridad emergiste, para volver a nacer...
envuelto en un manto demasiado brillante para que lo pudieras soportar.
No dejas de correr, alejándote de tus miedos, cuando sus resplandecientes dientes afilados te atemorizan en la noche...

Y has llegado aquí, al fin, sin penas ni lágrimas, pero tampoco sin alguna esperanza.
Te conocí caminando entre la niebla blanca de tu despertar, hasta que acabaste hundido en la luminosa nieve, con paz en la mirada para con ella perderte.
No hay nada más sosegado para tu corazón que la tempestad,
nada más alegre en la vida que los puñales llenos de veneno y dolor.
Puesto ellos son certeros, sabes de su existencia.

¡Maldita sea la sorpresa! ¡La felicidad, la dicha! Cada amanecer repites, para que nada te sobresalte jamás. Pobre infeliz, desgraciado inocente que confiaste tu alma a la hiriente desdicha de caminar sobre espinas, regocijándote de que al final del túnel... se hallan tus ansiadas rocas ardientes y cenizas.

Yo te observo, nada más.
Corté la temblorosa cinta que a ti me ataba, de un hermoso azul cielo que nos recordaba... que había algo más allá.
Yo te observo, nada más.

Tus pies se bañan de sangre pero siempre sonríes...
extraña felicidad, nada puedo decirte, querido caminante.

Encuentra tu sincera calma nada más ruego, y hasta que vuelva a verte... mi pasado lejano se quedó contigo, continúa tu senda quiero; pero yo... ya no vuelvo.

miércoles, 13 de mayo de 2009

El Tot


Totes... les carícies que ens em donat. Tot... l'amor que ens hem otorgat sense demanar resposta, cada somriure, cada petó. Petó... que ens donem quan callem una paraula d'amor, paraules i cites d'estimació quan contenim l'ansia de unir de nou els nostres llavis, parant amb aquesta màgia... els llímits del temps.

Has tocat el meu cor i no t'has cremat.
Mirat a l'interior de l'ànima i m'has estimat.
Escoltat el més profund dels meus pensaments i no t'has espantat.
Què he de fer per tú ara, meu estimat?

Si te'n vas l'interior tremola,
si t'allunyes massa de mi....

Si te'n vas les meves mans i cames es mouen soles, sóc una nina indefensa amb engranatges que grinyolen...
si t'allunyes... no ho vui dir.

Si te'n vas torno a ser la nineta de drap. Llençada sota la pluja, amb un riu pigmentat a la vora dels ulls. Semblen ben bé llàgrimes però... què pot sentir una nineta de drap..?
Per això, si t'allunyes... serà la meva fi.

Eternament el tot... és el que ens rodeja. És el temps, és l'espai, és l'eséncia i és la màgia de la creació no mental de tot el que coneixem. Del passat. Del que vindrà. Del que vivim.
El tot... ets tú.
Diví i etern, gran i petit, indefens i valerós. Creador, pensador, apassionat i terrenal; alçat i profund. Intemporal. Mestre... i alumne. Líder suprem i humil aprenent.
Amor és el tot.... tú ets l'amor.

Sempre al teu costat.

sábado, 14 de febrero de 2009

Avui



És per l'il.lusió.
És per l'alegria.
L'emoció, l'intensitat, per la celebració i sentiment que mai vaig pensar que tindria.
Són tantes coses... per les que avui, és el teu dia.

No és el de ningú.
No existeixen les festes, les tendes plenes de promoció ni les enormes vendes. No hi ha còpia, ni tampoc dolor. Només... estàs tú.
En el meu pensament, al meu costat, en el meu cor i en la meva ànima. No ploris més... cada llàgrima lliscant per la teva pell, la faré meva sense pensar.

Avui... és el teu dia.
Felicitats per l'amor, felicitats per estimar, felicitats per ser tan estimat que falten les paraules al món per descriure't aquest meravellós sentiment.
Tan sols una cosa vull ara.
Els teus braços sobre mi, el meu consol sobre el teu pit... i el nostre amor ballant amb l'ànima. A tú, enamorat meu, i no un dia, si no l'eternitat.
T'estimo

lunes, 26 de enero de 2009

You make me Fly



Una sensació travesa tot el meu cos, no es pot aturar, i ni jo mateixa necessito de cap barrera...
És l'amor per tú.
És la lluminositat de la teva mirada, és el teu somriure quan dius que m'estimes, que em fa pensar que és de debò. Mai podria arribar a pensar que aquest sentiment fos tant increíblement fort...
Quan et vaig veure sense veure't, fent-me el nostre primer petó.
Si les teves mans es posen a sobre meu, tanco els ulls de felicitat, endinçant-me entre els teus braços, desitjant que aquest moment... no acabi mai.

Les nostres pases fan música i ballen acompasades quan de sobte de l'infinit cel cau una ploma blanca... la guardo amb emoció, que com un regal dels déus em demostra, que un dels seus àngels, una de les seves deitats camina al meu costat amb dolçor.
Em sento descobrint amb tú les vivéncies d'aquest món, quan oh inocència! ja creia a les meves mans les seves veritats.
Coneixedora de la bellessa em considero, posseidora del saber de l'estimació, que flotant sobre un blau planeta ple d'experiéncies, ara hi possa per primera vegada els peus.
La gespa es tendra i dolorosa a la vegada, els arbres i boscos dónen escalfor i foscor.

Per què en el destí es troba l'intensitat d'abraçar els núvols, i la decissió d'aferrar-se a la terra?
Perquè així tenia que ser... sense cap imposició... només fruit... del més intens amor.