viernes, 14 de mayo de 2010

V / J


Contigo... tengo dos amores...
Dos amores que me llenan, me inquietan, me vacían y resguardan el alma, contigo son dos personas que adora mi ser.

Unos ojos que me rehúyen, unas manos que me alejan; unos brazos que me piden amor... y una mirada que me suplica sustento.
Con cada ciclo de la luna me sorprendes, cada inesperada noche me encuentro con uno de los dos hermanos que amo, gemelos de una persona que seducirme pretende.
Siento mis emociones en un huracán sin salida, si nunca sé quién vendrá a recibirme... si el miedo o el amor, la soledad o la compañía.

El día amanece, el sol grita y enfurece con sus penetrantes rayos. Su brillo es cegador, casi tan intenso como tú... cuando apareces al final de la inmensidad. Expresión vacía que todo lo huye, tenebroso y cruel encanto que me llama, me reclama y vocifera... cuando llego a su lado, ya nadie me necesita.

Las horas avanzan, locura desenfrenada envuelve a mi reloj, mientras camina con prisa, hacia el hermano menor.
Lamento, triste desamparo, diminuta luz entre tinieblas... ahí apareces tú.
Dulce, dulce niño, ¿qué hiciste con tu coraza?
¿Dónde dejaste aquello que te daba valor?
Acaso pretendes que te lo entregue entre cálidas manos... y suspiros de amor.

Duermes a mi lado, permanezco en la vigila, te observo... anhelo verte sonreír de nuevo.
Me abrazas, te acurrucas y aún duermes... más te quiero, siempre que conmigo vuelves.

Un suave tic tac me recuerda, que no he dejado de caminar. La viva senda sigue, y la habitación plaga de nuevo de finos hilos dorados y ámbar. Se ha hecho de día mi amor...
vuelvo a ver tu rostro, ¿quién me voy a encontrar?
Esquivo que huyes durante la noche, intenté permanecer despierta pero volviste a cambiar, has reemplazado tu corazón en tu cuerpo, y ahora me miras como bestia a punto de estallar.

Te quiero... dualidad infinita, dueño de mi corazón, porque sólo en aquello que escondes...
se halla mi verdadero amor.

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