martes, 4 de diciembre de 2007
Cruce de Destinos
Acunada entre los brazos de este ángel invisible, veo sus plumas cuando cierro los ojos, veo la luz reflejándose en el cristal... El viaje me obliga a continuar, me empuja con dureza en mi espalda, veo montañas detrás de mí. No puedo retroceder, cada vez que uno de mis pies va hacia delante, tras él se crea un gran círculo de arenas movedizas... a los lados el fuego quema con intensidad. ¿Qué me aguarda pues delante? La zarza de espinas plagadas de veneno no me permiten comprobarlo. Se pone a prueba mi fuerza, en entredicho mi aguante y valentía. Llega el momento de que cargue a la vez todo el peso sobre mis hombros y atraviese la bruma... para aparecer en un lugar incierto.
Las espinas que me van rodeando tienen rosas, son hermosas, tan bellas porque les falta florecer. Todavía sus pétalos no se han desplegado, y las espinas hacen sangrar mi piel. La sangre discurre por ellas como bebida, disfrutando del néctar procedente de mi corazón.
Me cuesta abrir los ojos y en ocasiones el miedo hace temblar mis rodillas, ángel que te encuentras espectante, puedes cruzar tú ¿esta peligrosa barrera? Haz que tus dedos alcancen los míos, sintiendo en ellos el calor... que me haga continuar.
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2 comentarios:
y el caballero resurge como FENIX
y los sentimientos de neutralidad
se muestran.
Que hermoso! lo has plasmado
besos mi querida es Esther
Gracias Gabriel, qué bien que te haya gustado, me animan mucho tus palabras, como destellos que recorren mi alma... y me ayudan a continuar.
De nuevo... gracias :*
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