martes, 29 de mayo de 2007
Rosa de Espinas
Herida llameante que todo lo desgarra, espina malvada que quebrantas el alma... gota a gota la sangre va cayendo, la que porta la vida, la que entrega la razón...
Ríos de lluvia melancólica bañan mis pies, rojo sangre, mientras me pregunto adónde iré.
Lúgubre desdicha que cubres de culpa, dolor armado de hirientes filos, que cortan mi piel.
Rompiste el reloj que avanzaba cruel destino, mientras sus pedazos cayeron al infinito...
Pajarillo enjaulado que se cortó las alas, demasiado cansado para volver a volar. Cómo enseñar a un gorrión a abrir su jaula, como darle nuevas plumas, para que vuelva a avanzar.
Como niños recién nacidos vagamos en el mundo, inconscientes de cuanto nos rodea, indefensos de lo que desconocemos, sorprendidos nos quedamos al asemejarnos entre nosotros más aún.
Partiste en dos mi corazón, viste la tristeza que manaba de él.
Nueva fuerza ven a buscarme, diosa de la lucha y sabiduría, entrégame el poder de levantarme, mirar la luz a los ojos, y volver a caminar.
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