viernes, 2 de julio de 2010
Infame
Infamia... Cruel y burda infamia.
Me engañas... mientes y amañas, tristes e hirientes falsedades que en mi corazón estallan.
Cruel... burdo y cruel infame.
Desde el primer día me rechazaste.
A mí, a mi ser, a lo más profundo de mi interior.
Me atraías a ti con la mano derecha vacilante, mientras con la izquierda me alejabas.
Por la noche me susurrabas al oído, al despertar callabas.
Fría, gélida mirada con la que recibes mis mañanas, cruel; infame y burdo.
Ya en el principio, en el inicio de esta vida, acallaste mi razón, mis sueños, mis esperanzas.
Decisiones... órdenes y metas infundadas, que destruyen mi alma y alimentan la desazón.
Cuentos de hadas deseé... tú los convertiste en pueril fantasía.
Amor desenfrenado, pasión ardiente... tú los hiciste hielo y agonía.
Mariposas, cosquillas en el estómago y brillo en los ojos... los hiciste debilidad.
Alegría, felicidad desbordante y eternos sueños... los convertiste en constante oscuridad.
Hiciste de mí un triste fantasma, moradora de los sauces, compadeciendo su letanía.
Vago, moro pues no vivo, me estanco pues no avanzo... muero pues no vivo.
Lamento en pequeña cajita de cristal, jaula de barrotes divinos, transparentes vidriosos como el lecho del mar. Observo fuera mientras me recuerdo, intento traer a mi mente todos aquellos sueños con los que me orgullecía soñar. Pero ya no los poseo.
Volar les permití, desapareciendo de su insigne morada. Mi corazón, mi alma, allí nacieron, allí cobraron vida. Alimento les dí y esperanzas proporcioné, hasta que un día... cual cruel madre que se harta de sus infantes, los lanza al abismo sin tiempo a reaccionar.
Los abandoné con prisas, les dejé ir con dolor...
para no seguir sus pesquisas... y tener que abandonar a mi amor.
Pero ya no puedo soportarlo, es demasiado grande la locura, marea, borra y contonea mi cabeza, creo que voy a estallar.
Deseo traerlos de vuelta, pero hondo los enterré, deseo volver a sentir alegría... pero hace tiempo que la olvidé.
Todo por ese hombre, burdo y cruel.
Infamia tal, la que yo cometí.
Infamia... de entregarme sobre bandeja de plata... a quien menos le importé.
viernes, 14 de mayo de 2010
V / J
Contigo... tengo dos amores...
Dos amores que me llenan, me inquietan, me vacían y resguardan el alma, contigo son dos personas que adora mi ser.
Unos ojos que me rehúyen, unas manos que me alejan; unos brazos que me piden amor... y una mirada que me suplica sustento.
Con cada ciclo de la luna me sorprendes, cada inesperada noche me encuentro con uno de los dos hermanos que amo, gemelos de una persona que seducirme pretende.
Siento mis emociones en un huracán sin salida, si nunca sé quién vendrá a recibirme... si el miedo o el amor, la soledad o la compañía.
El día amanece, el sol grita y enfurece con sus penetrantes rayos. Su brillo es cegador, casi tan intenso como tú... cuando apareces al final de la inmensidad. Expresión vacía que todo lo huye, tenebroso y cruel encanto que me llama, me reclama y vocifera... cuando llego a su lado, ya nadie me necesita.
Las horas avanzan, locura desenfrenada envuelve a mi reloj, mientras camina con prisa, hacia el hermano menor.
Lamento, triste desamparo, diminuta luz entre tinieblas... ahí apareces tú.
Dulce, dulce niño, ¿qué hiciste con tu coraza?
¿Dónde dejaste aquello que te daba valor?
Acaso pretendes que te lo entregue entre cálidas manos... y suspiros de amor.
Duermes a mi lado, permanezco en la vigila, te observo... anhelo verte sonreír de nuevo.
Me abrazas, te acurrucas y aún duermes... más te quiero, siempre que conmigo vuelves.
Un suave tic tac me recuerda, que no he dejado de caminar. La viva senda sigue, y la habitación plaga de nuevo de finos hilos dorados y ámbar. Se ha hecho de día mi amor...
vuelvo a ver tu rostro, ¿quién me voy a encontrar?
Esquivo que huyes durante la noche, intenté permanecer despierta pero volviste a cambiar, has reemplazado tu corazón en tu cuerpo, y ahora me miras como bestia a punto de estallar.
Te quiero... dualidad infinita, dueño de mi corazón, porque sólo en aquello que escondes...
se halla mi verdadero amor.
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